Desde el Centro Médico Fuentespina queremos rendir homenaje a las víctimas de los atentados del 11M a través de las palabras de nuestro compañero Miguel Ángel en la revista del barrio:
«La noche anterior estuve de guardia, y recuerdo como íbamos mi compañero y yo haciendo avisos y recorridos por las estaciones de El Pozo y Entrevías con una calma absoluta. Las noches de guardias siguientes al atentado y hasta que retiraron los trenes destrozados, teníamos Fernando y yo la necesidad de pasar unos minutos en el lugar de El Pozo; a cualquier hora había ciudadanos con quien intercambiabas frases de pena y rabia.
Cuando oyes una noticia trágica te quedas triste y pensativo, pero cuando sitúas los hechos a 100m de tu casa, te quedas estupefacto. <<Atentados terroristas en Madrid, uno de los trenes explota en Santa Eugenia.>> Lo primero que haces es averiguar dónde están tus seres queridos. Mis familiares no cogieron el tren esa mañana, pero sí un buen número de familiares y amigos. Después de estar unos segundos frente al televisor escuchando la noticia, mi hijo y yo nos pusimos el uniforme del SUMMA 112 y salimos corriendo a la estación del barrio; pero cuando llegamos, mis compañeros no nos dejaron pasar a los trenes a echar una mano porque ya no se podía hacer nada más y nos evitaron el drama de esas terribles escenas.
Un compañero y buen amigo, el Dr. Massoh, me transmitió su actuación en el Pozo, fue el primero en llegar según me dijo, y las pesadillas le acompañarían toda su vida. Quiero homenajear a los equipos de Medicina Forense, desde el ayudante técnico hasta el médico, que casi nunca se mencionan y tuvieron que hacer su labor. Las víctimas pudimos ser cualquiera porque todos hacemos uso de ese medio de transporte, pero los afectados fueron los que fueron y nada ni nadie podrá devolver la alegría a las familias damnificadas. La vida siguió a pesar de esos atentados del 11M y todos continuamos en nuestros proyectos, pero pienso en esas familias que siempre tendrán esa herida en su corazón.
Mi implicación profesional tenía varios frentes, por un lado mi labor en el SUMMA, aunque mi participación fue escasa. Y por otro lado mi consulta particular, con dos fallecidos y varios heridos, algunos muy graves pero que afortunadamente salió adelante. También tenía un compromiso con el colegio público Ciudad de Valencia, mi colegio, donde estudiaron mis tres hijos. Estuve ese día con el personal del colegio hasta altas horas de las noches tratando de localizar a algunos padres que figuraban como posibles víctimas, poniéndonos en contacto con el IFEMA, e incluso con el entonces gerente del SUMMA, el ya fallecido Dr. Mayol. Los días siguientes también colaboré para informar a algunos familiares de las víctimas. Viví momentos muy duros y entrañables que se te graban en la memoria. La reacción de un chico, iniciando la adolescencia, cuando tiene la certeza por nuestra preparada información de que ambos padres habían fallecido, es lo más impresionante y dramático que yo puedo haber sentido en esta profesión que desempeño desde hace muchos años. Compartí y sigo compartiendo muchos momentos con mis pacientes víctimas de aquellos horribles atentados, y estoy, y estaré siempre, a su entera disposición.»
Dr. Miguel Ángel Álvarez Álvarez (Revista Santa Eugenia Nº 320 Marzo 2018)