Empezar un nuevo estilo de vida no es fácil. Debes saber que durante el proceso de pérdida de grasa corporal tendrás altibajos y en ocasiones, ganas de abandonar. Adelántate a la crisis y toma nota de las siguientes herramientas para saber cómo mantener la motivación para perder peso.

¿QUÉ ES LA MOTIVACIÓN?

La motivación es, a mi modo de ver, aquello que nos impulsa a tomar la decisión de emprender un proyecto de cualquier tipo. Es el anhelo que justifica todos los actos que llevamos a cabo hasta  que ese objetivo se materializa. Por tanto, la motivación marca el inicio del proceso. Es lógico que transcurrido un tiempo la motivación desaparezca o fluctúe a medida que se presenten ciertas adversidades.

CÓMO MANTENER LA MOTIVACIÓN
Reflexiona acerca de tu objetivo.

Recuerda el motivo que te llevó a iniciar este estilo de vida más saludable. Plantéate si a día de hoy el objetivo que te marcaste sigue siendo una prioridad para ti.

Puede que con el tiempo tu objetivo haya cambiado o no lo tengas claro, y necesitas cambiar la estrategia. O a lo mejor es el momento de plantearse nuevos retos…

Olvida el «timing».

Ser ambicios@ y marcarse plazos para conseguir objetivos puede ser una fuente de motivación al principio, pero también nos puede llevar a la frustración si no cumplimos lo establecido. Si quieres mantener tu motivación, debes plantearte objetivos asequibles a medio plazo. Para ello sigue un plan que se adapte a ti y sea sostenible en el tiempo.

Muchos pocos hacen un mucho.

El plan no es ser capaz de seguir una dieta estricta durante un tiempo determinado. Por tanto, no te desanimes si te «saltas la dieta». Lo importante es aprender a alimentarse de una forma más consciente y tener una relación sana con la comida. La constancia y todas las pequeñas elecciones que hagas hoy determinarán tus hábitos del futuro. Cambiar costumbres arraigadas requiere tiempo y tesón ¡No te agobies!

Empodérate y renuncia al papel de víctima.

No te refugies en afirmaciones como: «No tengo fuerza de voluntad». «Siempre fui gordit@». «Ahora no es un buen momento». «Total, a mi edad…».En lugar de buscar las excusas, encuentra las razones. Dirige tu pensamiento hacia ideas positivas acerca de tu persona y del potencial de aprendizaje y mejora que tienes.

Confía en ti.

Las experiencias anteriores forman parte del pasado; el presente y el futuro están por decidir. Piensa que esta vez lo puedes conseguir. Otros lo han conseguido, ¿por qué tú no?.

Valora tus logros.

Ser consciente de que necesitabas un cambio y enfrentarte a ello es un gran paso ¡y el más complicado!. Siéntete ganador/a. Sólo los valientes luchan contra sus propias debilidades.

Trátate con respeto y afecto.

Como dice la canción: «Caer está permitido, levantarse es una obligación». Evita maltratarte si has fallado; date una y mil oportunidades. No menosprecies la voluntad y entrega que has tenido hasta el momento y aprende de tus errores.

Mejora tu círculo.

Rodéate de personas que te apoyen y te allanen el camino. Relaciónate con gente que se encuentre en tu situación y pueda empatizar contigo, o que tenga costumbres que tú quieras adquirir (Ej: la práctica de alguna actividad deportiva). Recuerda que la unión hace la fuerza.

Disfruta del proceso…o al menos inténtalo.

Observa los cambios que se van produciendo en tí, tanto internos como externos. Además de verte bien, te sientes más optimista, con más energía y menos dolores. Incluso descansas mejor. Seguro que tu nueva alimentación te ha aportado muchas más cosas positivas de las que pensabas ¿no crees?.

Tómate un respiro y coge fuerzas.

Ningún rascacielos tiene un único tramo de escaleras, todos tienen «descansillos». Si las pautas anteriores no te han ayudado, haz lo siguiente: párate, carga pilas y entra en el modo «recalculando ruta». RECUERDA QUE TODOS TUS ESFUERZOS, POR PEQUEÑOS QUE PAREZCAN, TENDRÁN SU RECOMPENSA. ¡ADELANTE!