Ansiedad es un término complejo, por ello es muy difícil proporcionar una definición,sin embargo todos conocemos la emoción que llamamos ansiedad. No hay nadie que no haya experimentado algún grado de ansiedad, ya sea para entrar en una clase para hacer un examen o cuando uno se despierta convencido de que ha escuchado un ruido extraño en mitad de la noche.
Lo que es menos conocido es que sensaciones como mareo extremo, visión de puntitos luminosos, visión borrosa, entumecimiento, hormigueo, músculos rígidos y casi paralizados, y dificultad para respirar pueden ser también parte de la ansiedad. Cuando estas enfermedades suceden y la gente no comprende por qué, la ansiedad puede incrementarse hasta niveles de pánico, ya que la gente imagina que debe tener alguna enfermedad.

¿Qué es y para qué sirve la respuesta de ansiedad?

La ansiedad es una respuesta al peligro o amenaza. Científicamente la ansiedad inmediata a corto plazo es denominada la respuesta de lucha-huida, así, el propósito de la ansiedad es proteger al organismo, no dañarlo. Cuando nuestros antepasados vivían en cuevas era vital que cuando se enfrentaban a algún peligro ocurriera una respuesta automática que les hiciera llevar a cabo una acción inmediata (ataque o huida); incluso en el estresado mundo de hoy en día es un mecanismo necesario, como cuando vas a cruzar una calle y tocan un claxon y te apartas para no ser atropellado. El mejor modo de pensar de todos los sistemas de la respuesta de lucha-huida (ansiedad) es recordar que todos están dirigidos a conseguir que el organismo esté preparado para una acción inmediata y que su propósito siempre será proteger al organismo.

¿Cómo se pone en marcha la respuesta de ansiedad?

Cuando algún tipo de peligro es percibido o anticipado el cerebro envía un mensaje a una parte del sistema nervioso llamado autónomo, que a su vez se divide en el sistema nervioso simpático y parasimpático; estas dos ramas del sistema nervioso son las implicadas en el control de los niveles de energía corporal y de la preparación para la acción: el SNSimpático es el sistema de lucha-huida que libera energía y que hace que el organismo esté preparado para la acción, mientras que el SNParasimpático es el sistema de restauración que devuelve al cuerpo a un estado normal.

  • Un punto importante es que el SNSimpático tiende en gran medida a ser un sistema de “todo o nada”, cuando es activado todas sus partes responden; esto puede explicar porque la mayoría de los ataques de pánico implican muchos síntomas y no sólo uno o dos.
  • Uno de los efectos principales del SNSimpático es que libera las hormonas/neurotransmisores adrenalina y noradrenalina en las glándulas adrenales que están en los riñones; estos neurotransmisores a su vez son usados como “mensajeros” por el sistema nervioso simpático para continuar con la actividad, una vez que empieza su actividad continúa frecuentemente y se incrementa durante un tiempo. Es importante saber que la actividad del SNSimpático se detiene de dos formas: siendo destruidos los mensajeros químicos (adrenalina y noradrenalina) por otros productos químicos en el cuerpo, o activándose el SNParasimpático restaurando una sensación de relajación. La ansiedad no puede continuar para siempre, o aumentar hasta niveles dañinos, el SNParasimpático es un protector interior que evita que el sistema nervioso se extralimite.
  • Otro punto a considerar es que los neurotransmisores, adrenalina y noradrenalina, tardan un tiempo en desaparecer; incluso después de que el peligro haya desaparecido y el SNSimpático haya parado de responder, es probable que se sienta inquieto y aprensivo debido a que estas hormonas están aún “flotando” en su sistema nervioso. Esto es natural e inocuo, es una función adaptativa (porque en los lugares donde hay un peligro este puede volver y es útil que el organismo esté preparado para activar la respuesta lucha-huida).
  • La actividad en el SNSimpático produce un incremento en el ritmo cardiaco y en la fuerza del latido cardiaco. También aumenta el flujo sanguíneo, mejora el reparto de oxígeno a los tejidos, la eliminación de los residuos, la sangre es retirada de los sitios donde no se necesita. Por eso durante la ansiedad la piel se ve pálida y fría y los dedos se vuelven fríos y algunas veces se siente entumecimiento y hormigueo.
  • La respuesta de lucha-huida está asociada con un incremento en la velocidad y profundidad de la respiración, los tejidos necesitan más oxígeno para prepararse para la acción. Las sensaciones producidas pueden incluir falta de aliento, sensación de ahogo, asfixia e incluso dolor u opresión de pecho. Un efecto secundario del incremento en la respiración, especialmente si no se lleva a cabo ninguna actividad es que el aporte de sangre a la cabeza disminuye, aunque solo sea una pequeña cantidad y no es peligroso, produce síntomas desagradables pero inofensivos como mareo, visión borrosa, confusión, irrealidad y oleadas de calor.
  • La respuesta de lucha-huida produce un incremento de la sudoración, como función adaptativa para hacer la piel más resbaladiza, y enfriar el cuerpo para que no se caliente demasiado.
  • La activación del SNSimpático produce otros efectos, ninguno de los cuales es dañino:
    • Las pupilas se dilatan para dejar que entre más luz, lo cual puede producir visión borrosa o puntitos luminosos.
    • Hay una disminución de la salivación, quedando la boca seca.
    • Hay una menos actividad del sistema digestivo: lo que produce naúseas, pesadez de estómago, estreñimiento.
    • Muchos de los grupos musculares se tensan para la huida o la lucha, lo que produce sentimientos subjetivos de tensión, que se pueden acompañar de dolores reales así como de temblores y sacudidas.

En conjunto la respuesta lucha-huida produce una activación general de todo el metabolismo corporal; uno frecuentemente se siente acalorado, cansado y agotado. Los sentimientos producidos son los de estar atrapados y necesitar escapar.
El efecto principal de la respuesta de lucha-huida es alertar al organismo de la posible existencia de un peligro, por lo que hay un cambio inmediato y automático en la atención para explorar los alrededores en busca de una amenaza potencial. Se hace muy difícil concentrarse en las tareas diarias, pueden tenerse problemas de memoria. A veces no se puede encontrar una amenaza obvia. Desafortunadamente la mayoría de la gente no puede aceptar que no tenga una explicación para algo, y dirigen su búsqueda hacia ellos mismo (“si nada en el exterior me está haciendo sentir ansioso, debe haber algo mal en mí”), llegando a inventar el cerebro una explicaión tal como “me debo estar muriendo, perdiendo el control o volviéndome loco” pero nada puede estar más lejos de la verdad, ya que el propósito de la respuesta lucha-huida es proteger al organismo, no dañarlo; aunque son pensamientos comprensibles.

Cómo tratar la ansiedad

Hasta ahora hemos visto los componentes de la ansiedad en general, pero ¿cómo se aplica todo esto a los ataques de pánico? ¿Tienen que ver estos síntomas con la esquizofrenia? ¿Me puede dar un ataque al corazón? Lo más importante es identificar el problema, no sentirnos culpables, y buscar soluciones, buscar tratamiento, no centrarnos en el problema sino en las opciones que tengamos a nuestro alcance. El tratamiento puede estar de diferentes maneras enfocado según nuestras características como paciente:

  • Lo mejor es combinar la relajación (ya sea mediante imágenes o la relajación muscular pasiva).
  • Con la respiración controlada
  • Y la terapia de reestructuración cognitiva
  • Pudiendose necesitar medicación, ansiolítocos, que prescribirá el psiquiatra y/o médico general.

En el próximo post profundizaremos en el tema, pero para cualquier duda o consulta no dude en llamar a nuestro centro médico y preguntar por la psicóloga, lo más importante es no dejar que nuestros síntomas se cronifiquen y que nuestra calidad de vida cada vez se vea más afectada, cuanto antes lo afrontemos antes nos recuperaremos.